
Hace unos meses los informativos y demás medios de comunicación nos presentaban un nuevo fenómeno, el bullying: forma de acoso entre alumnos/as en los colegios e institutos en el que la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores. No ha pasado mucho tiempo y ya podemos ver cómo este fenómeno forma parte de la red. Siendo denominado e-bullying. Y es que Internet permite reproducir fácilmente este tipo de acontecimientos en un campo, el del ciberespacio, donde estas acciones son difícilmente sancionables e impotables. De este modo, la red de redes se convierte se convierte en un paraíso de impunidad, ya que la jurisprudencia no es capaz de absorber el ritmo frenético evolutivo de la red.
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