martes, 27 de noviembre de 2007

DELINCUENTES ANONIMOS

Muchos de los delitos informáticos que quedan impunes son debidos al anonimato de los ciberusuarios. Los delincuentes de la red encuentran en el anonimato un elemento que le abre un marco de actuación e impunidad.  Aunque los fraudes y las acciones ilícitas en la red son  rastreables, las autoridades se encuentran con el problema de probar de quienes  han cometido dicho delito. Aun en el supuesto de que se pueda determinar desde qué ordenador se cometió el delito, cabe determinar quien fue la persona que utilizó dicha computadora en el instante de cometer la infracción.  Así, por ejemplo,  en el caso investigado por el Grupo de delincuencia informática de la guardia civil en Marzo 1997, el jefe del grupo expuso  que la mayor dificultad para condenar a los dos estudiantes de Tarragona que realizaron varios accesos no autorizados a diferentes universidades y accedieron al Registro Mercantil de Tarragona, fue demostrar la presencia de los inculpados delante del ordenador del cual se produjeron los hechos en el momento en que se produjeron 1. Es decir,  tras rastrear las huellas informáticas hasta llegar al terminal de donde se engendró el delito, las autoridades se vieron ante la gran dificultad de demostrar quienes habían utilizado dicho equipo. En este sentido es necesario tomar medidas ante este tipo de sucesos. Creemos  que Internet debe mantener un anonimato a nivel de usuario, pero no a nivel judicial. O dicho de otro modo, deben desarrollarse mecanismo que identifiquen al cibernauta ante la justicia en el caso de que ésta lo exija.


1. Vease. Rovira Del Canto, Enrique; Delincuencia informática y fraudes informáticos. Ed. Comares, Granada, 2002. pp. 92-98. 

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