Internet es un marco donde se desarrolla con notable evidencia y notoriedad la multiculturalidad. En este sentido queremos hacer una crítica a las palabras de Nicolas Sarkozy (presidente de la republica de Francia), quien afirma que las descargas ilegales de contenidos culturales en Francia es "la auténtica destrucción de la cultura".
Entendemos que en su discurso se confunden intencionadamente dos temas; por un lado, la perdida económica que las descargas “ilegales” de Internet producen a la industria musical, cinematográfica etc… y, por otro, la manera en que estas formas de uso del ciberespacio incide en la sociedad. Las medidas que el presidente de Francia quiere adoptar frente a quienes descarguen este tipo de archivos, es simplemente una imposición gubernamental que favorece a las grandes empresas en detrimento del usuario y de los posibles desarrollos culturales que la red permite. En este contexto, creemos que se debería abrir un debate sobre qué elementos debe favorecer el estado; los intereses de las industrias antes citadas o el interés general y cultural. No se trata de avalar la piratería, sino de establecer medidas respetuosas con la sociedad intelectual y con los derechos de los cibernautas.
Muchos autores defienden Internet como un medio directo de vender sus obras o trabajos. Recordemos también que Internet es un espacio público del que se pueden beneficiar tanto los autores intelectuales como los que propician las descargas en la red. Lo que pasa es que Internet ha democratizado el mercado cultural haciendo que las industrias, que poseían el monopolio cultural hasta ahora, se vean relativamente perjudicadas. Es verdad que los ingresos de las mismas han disminuido notablemente con determinados usos de la red, pero también es cierto que estas empresas son las grandes mediadoras entre los autores y el consumidor de los productos culturales, hasta el punto pragmático de alienar culturalmente al individuo. Por tanto, creemos que las medidas propuestas por Sarkozy son, cuando menos, inadecuadas. Ya que deben ser precedida de un debate más abierto y profundo.
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